jueves, septiembre 28, 2006

Alfajor, Niño y Coca-Cola o reflexión de una nostalgia que se adentra en la adultez

Pocas cosas hay más sagradas que el preciso instante posterior al último bocado del alfajor de chocolate que el niño de pelo largo y lacio y paletas definitivas -aún prematuras para un tratamiento de ortodoncia- ha terminado de masticar. El aroma del alfajor lo circunvala a modo de aura y dentro de un radio que promedia los 4 metros, se puede percibir que un niño pre-púber ha estado disfrutando de una merienda. Pocos momentos hay más sagrados, como aquel en el que el mismo niño bebe la Coca-Cola en lata que tuvo todo este tiempo en su otra mano, justamente unos 3 segundos fugaces posteriores al episodio del alfajor. Aquí comienza la magia. Una mixtura misteriosa se crea entre la Cola, el chocolate encrucijado en las paletas prominentes, y el gas que abruma la respiración del niño, provocando que un aire paradójicamente inoportuno (¿como es posible que un vaho tan desagradable provenga de dos delicias como el chocolate y la Coca- Cola?) se expida de la boca del muchachito. Pocos momentos hay tan sagrados como este.
Lo curioso es que el niño poco sabe que este episodio es único e irrepetible. Únicamente con su edad, su mochila, su pelo largo y lacio, y sus paletas prominentes, el instante del alfajor y la Coca-Cola será majestuoso. Seguramente lo hará mañana, y el día que le sigue al de mañana, pero un buen día dejará el alfajor y la gaseosa. Poco sabe el muchachito, que un buen día, ya entrado en años volverá a comerse un alfajor y una gaseosa intentando reproducir ese instante vivido hace ya tanto tiempo atrás, pero todo ese esfuerzo habrá sido en vano, ya que jamás podrá reproducir ese fugaz instante de sentido y elocuencia.

martes, septiembre 19, 2006

Angustia de Vanguardia

En la Antigua Grecia, las tragedias eran manifestaciones habituales en los teatros. Su popularidad se debía a la causante de un concepto que Aristóteles se esmeró en explicar, el de la catarsis. Los muchos griegos que asistían al teatro veían en el escenario las más desopilantes historias de asesinatos, traiciones y mentiras. Es de este modo que los espectadores veían proyectadas en los actores sus más bajas pasiones, y sobre todo asistían a los castigos que estas pasiones merecían. Es así que los espectadores salían del teatro despojados de todo tipo de culpa, ya que al tener al actor introyectado, sentían que ya habían sido castigados por sus pecados. Es algo así como una angustia por lo sucedido, pero a la vez, un relajo por no ser el auténtico protagonista.
El domingo pasado en el teatro Broadway, tuve una sensación catárquica auténtica por primera vez en mi vida, luego de asistir a Hamelin. Para aquellos tabuladores, no tiene nada que ver con la obra para chicos del flautista, sino más bien, todo lo contrario. Es una obra muy cruda, que en todo momento le habla al espectador directo a los ojos, involucrándolo y haciéndolo sentir tan culpable y responsable como los actores sobre el escenario. Hamelin habla de los monstruos en los que vivimos: las ciudades. Habla de los monstruos que las ciudades crean, sin dejar a ninguno afuera. No creo recordar un solo tema esencial que la obra no aborda de algún modo. En esta obra no hay malos ni hay buenos, sino simples personajes en busca de una felicidad tan difícil de encontrar. La sensación de catársis sorprende al principio al intentar asomarse por el lagrimal, y luego se apacigua y se instala en el espectador para quedarse por tiempo indefinido.

sábado, septiembre 09, 2006

.---Reflexiones de un Insomne---.


Tengo algunas cosas para contar. Algunas lindas, otras no tanto. Tengo un poco de intriga. No tanta, pero intriga al fin. Algo así como una curiosidad simpática, ajena por momentos. Me educaron para conocer, para querer conocer. Me críe pensando algunas cosas, y resulta que todo parece ser bastante diferente. ¿Te acordás de los cassettes? Todo este tiempo estuve escuchando el lado B, parece que había un lado A un tanto más interesante, medio olvidado, desapercibido. De a poco le agarro el gusto a esta intriga inquieta. Al principio la inquietud causa un tanto desacomodo. Como cuando te sentás en una silla medio extraña, y vas cambiando de posición a cada instante sin encontrar la adecuada. De a poco me acostumbro a la inquietud. Cada posición sobre la silla, la disfruto, la exprimo antes de pasar a la próxima. Supongo que será un tanto más excitante que encontrar la posición perfecta y acomodarse hasta un ocaso bastante predecible. Les decía, me educaron para conocer. La cuestión ahora es la siguiente. La relación inversa entre el conocer y el saber me llama poderosamente la atención, me deja mal parado. Efectivamente cada vez conozco más. Conozco más palabras, conozco a los esquimales y a las milanesas de soja, conozco el PBI de Sri Lanka y el intervalo de 5ta aumentada. Conozco canciones nuevas, gente nueva, lugares nuevos. Leo nuevas novelas, teorías. Pero cada vez se menos. Es un hecho. Está científicamente comprobado por una sencilla observación que hago de vez en cuando al ver a mi sobrinito de 3 años. El chambón no conoce mucho, más bien no conoce casi nada. Sin embargo lo sabe todo. Es la humanidad manifiesta, pura. Después crecerá y se pondrá un traje y discutirá de política, pensando que hay algún sentido a todo esto. Le van a enseñar a ser feliz, a tener sueños y anhelos. Le van a enseñar como apreciar lo que antes no apreciaba, y a mucha honra. Y de a poco y sin darse cuenta se va olvidar de todo lo que sabe, para dar lugar al conocimiento.

miércoles, septiembre 06, 2006

Chat de Titanes


Hace aproximadamente un mes, una de las hijas mellizas de George W. Bush, Barbara, sorprendió la PC familiar con el msn messenger abierto, y pudo inferir que se trataba de una conversación que su padre George había mantenido mientras tomaba su "café latte" de las 6 pm. Barbara tomó provecho de la distracción de su padre, y copió la ventana abierta en la que se podía apreciar una conversación que el máximo mandatario había sostenido con su archirival, Osama Bin Laden.
(La misma ha sido traducido para su mejor comprensión)

**+(:+Georgy : Osama, como va?

Osama (alguien vio las torres que no las encuentro, jaajja): que haces george, como te trata la vida?

**+(:+Georgy : Todo tranquilo, aca andamos medio bajoneados por el mundial de basquet, pero no es nada terrible. la familia bien?

Osama (alguien vio las torres que no las encuentro, jaajja): ahi anda, mi tercer esposa me tiene medio con las pelotas llenas. la muy puta quiere irse de compras a nueva york, y yo le dije q no da ahora la situación. Imaginate lo que van a decir los fundamentalistas de mi si una de mis esposas se aparece por la 5ta avenida de shopping.

**+(:+Georgy : Totalmente... igual si queres mientras se dan una vuelta por aca, bombardeo algún paisucho de medio oriente, Uzbekistan o alguno de esos, y nadie se aviva de tu visita por aca.

Osama (alguien vio las torres que no las encuentro, jaajja): Podrías, no georgy? me debes algunos favorcitos, como el de las torres gemelas, te valió la reelección eh.


**+(:+Georgy : si, tenes razón, no se como compensarte che. che, para q me llama chavez por linea privada, parece que quiere venir a pasar el finde con la flia, ahora vuelvo. ;)



Y ahí, nomas entró Barbara para toparse con semejante desparpajo y permanecer boquiabierta por una infinidad de microsegundos. Quién hubiera dicho que los hilos del mundo se mueven desde el msn.

domingo, septiembre 03, 2006

.Animate pibe -

Nadie me pregunto si quería hacerlo. Simplemente lo hice. Algunos me miraban con ojos un tanto sospechosos. Otros ni siquiera advirtieron mis movimientos. Pude no haberlo hecho. Es más. Estuve a punto de pensarlo dos veces y mantenerme en los cómodos surcos de la quietud. Pero me animé. No tenés nada que perder. Me dijo Patricio mientras masticaba el corazón del alcaucil. Su parte más favorita. Estas cosas si no las hacés ahora no las haces más. Hay gente que se pasa la vida reprimida. No sabe cuanto más feliz sería si se animara. Yo te lo digo porque mi viejo era un poco así. El muy puto se cagó muriendo sin animarse. Sus últimas palabras en el Fernández me las acuerdo como si fuera ayer. No lo dudes pibe. No sufrás como yo. En la vida hay dos tipos de personas. Los que se animan y los que no. Animate. Y siguió comiendo el alcaucil. Las condiciones estaban dadas. La temperatura. Visibilidad. Decibeles. Era mi momento. Y ahí me mandé.

- Mo... Mozo, ¿podría calentarme el pollo? que esta bastante frío, vio...

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