viernes, agosto 04, 2006

Juan y María


Si algo tenía que pasar entre María y Juan, iba a ser aquella tarde. Las coordenadas del sol así lo indicaban, como también el heladero de la calle Robredo, sin siquiera mencionar al dogo de de doña Ernesta, quien se posó en la falda de María para que Juan creyera una vez más en los poderes de encanto de su querida amiga. Ninguno de los dos había podido dormir la noche anterior. Cada uno, a unas pocas cuadras de distancia, se revolcaba ansioso en su cama, imaginando como sería la anhelada salida del día siguiente. Cada uno, en su intimidad, había pensado en los zapatos que se pondría, la blusa preferida, el perfume de su padre. Cada uno había ensayado sus movimientos seductores: - Dichosos los ojos que te ven, María-. Tan sólo un sutil aleteo de pestañas por parte de María bastarían para retrucar un piropo de tal magnitud. Ya antes de poder conciliar el sueño, cada uno había imaginado qué gusto de helado le pediría al heladero de la calle Robredo. Por parte de María, frutilla y vainilla, para variar. Y qué iba a saber Juan que el limón le hacía muy mucho mal a María. Qué iba a saber el pobre Juan que si apenas su amada se acercaba al aroma del limón, sus dulces labios morados crecerían hasta mulatos y su grandes ojos verdes serían cruelmente desplazados por unas ojeras furtivas. Pobre Juan, como iba a saber si nadie le avisaba, que a María se le empezarían a caer sus rizos dorados cuando sintiera el limón, y que su voz de jilguero pasaría a ser la de un barítono de ancho porte. Pobre Juan, nunca debió haber pedido limón.

4 Comments:

Anonymous Anónimo said...

gran cuento. es tuyo?

4:06 p. m., agosto 05, 2006  
Blogger Menudo said...

asi parece, esta bueno. te sentas en frente del monitor y decis: Algo tengo que escribir, y a veces salen cosas divertidas

3:54 p. m., agosto 06, 2006  
Anonymous Anónimo said...

a mi me pasó lo mismo pero con la mayonesa...

12:20 p. m., agosto 10, 2006  
Anonymous Anónimo said...

Muy bueno Cabernet... pero tengo una pregunta que siempre me inquieta: ¡¿porqué Juan y María?! De todos los personajes del mundo y con la variedad de gente que hay, parece que todo les pasa a Juan y a María... ¿y qué nos queda al resto?

Juan y María fueron al río (una vez que se olvidaron de Pinchame)... Juan se enoja con María, cuando utilizan a Pedro en los ejercicios de gramática... y ni te cuento cómo se cagó a piñas con José.

Con esto de que lo típico es ser o Juan o María, lo único que nos queda es contar las historia que nos pasan desde el anonimato, como el tipo de la mayonesa.

Para la próxima, por favor: http://www.nombres.com.ar/

8:10 p. m., octubre 22, 2006  

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