martes, septiembre 19, 2006

Angustia de Vanguardia

En la Antigua Grecia, las tragedias eran manifestaciones habituales en los teatros. Su popularidad se debía a la causante de un concepto que Aristóteles se esmeró en explicar, el de la catarsis. Los muchos griegos que asistían al teatro veían en el escenario las más desopilantes historias de asesinatos, traiciones y mentiras. Es de este modo que los espectadores veían proyectadas en los actores sus más bajas pasiones, y sobre todo asistían a los castigos que estas pasiones merecían. Es así que los espectadores salían del teatro despojados de todo tipo de culpa, ya que al tener al actor introyectado, sentían que ya habían sido castigados por sus pecados. Es algo así como una angustia por lo sucedido, pero a la vez, un relajo por no ser el auténtico protagonista.
El domingo pasado en el teatro Broadway, tuve una sensación catárquica auténtica por primera vez en mi vida, luego de asistir a Hamelin. Para aquellos tabuladores, no tiene nada que ver con la obra para chicos del flautista, sino más bien, todo lo contrario. Es una obra muy cruda, que en todo momento le habla al espectador directo a los ojos, involucrándolo y haciéndolo sentir tan culpable y responsable como los actores sobre el escenario. Hamelin habla de los monstruos en los que vivimos: las ciudades. Habla de los monstruos que las ciudades crean, sin dejar a ninguno afuera. No creo recordar un solo tema esencial que la obra no aborda de algún modo. En esta obra no hay malos ni hay buenos, sino simples personajes en busca de una felicidad tan difícil de encontrar. La sensación de catársis sorprende al principio al intentar asomarse por el lagrimal, y luego se apacigua y se instala en el espectador para quedarse por tiempo indefinido.

2 Comments:

Anonymous Anónimo said...

Quería aclarar que en el teatro antiguo no todo eran las tragedias. Si bien, como decís, éstas eran una vía de catarsis, el teatro griego (y más aún el latino) se caracterizaron también por sus comedias.

Supongo que utilizar al teatro antiguo para esta "Angustia de Vanguardia", es lo mismo que hacían los espectadores en el teatro al utilizar a los actores como "introyecciones". Ergo, no creo que sea Hamelin la primera vez que hayas experimentado una catarsis. Todo depende del mundo, del tiempo y del ojo con que se lo mire.

3:18 p. m., octubre 23, 2006  
Anonymous Anónimo said...

muy bueno lo suyo wh

11:07 p. m., noviembre 27, 2006  

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